Tengo que pedir perdón a la rosa negra por ofenderla al decir lo que pienso en cada momento. ¡Cuánto mejor estoy con la boca cerrada!
Espero que me comprenda y no me dé por perdido definitivamente.
Para mí la rosa es un contacto con la realidad que no quiero perder.
Cada vez que me pierdo y no consigo encontrar el camino de vuelta, busco a la rosa intentando volver al mundo real, pero muchas veces no la encuentro y me siento tan confuso y desorientado que me cuesta ver lo que tengo frente a las narices.
Ahora creo que la pierdo por momentos y solo puedo esperar que me acepte de nuevo y quiera ayudarme.
Mientras tanto seguiré adelante hasta donde pueda llegar.
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